Sé perfectamente como he titulado la publicación, pero antes de llegar a dicha cuestión, hay que desarrollar algunas ideas. Como es una opinión personal pues debo hablar de ello y contarlo en base a mi experiencia personal, además de contar con las declaraciones de varios padres de pilotos para saber lo que sienten en sus propias carnes.
¿Qué aficionado al
motociclismo, no ha dicho, “me gustaría que mi hijo (o futuro
hijo) fuese piloto? Obviamente habrá excepciones, pero para los que
si lo han hecho. ¿Estamos seguros de que queremos eso realmente?
Porque sí, alguna vez he pensado en ello y de esos pensamientos
proviene este artículo. Vemos morir a pilotos en carreras y
varios más con la misma mala suerte, aunque no les veamos por
televisión. Otros simplemente se caen y “solo” se hacen daño. Y
se puede observar el nerviosismo de las familias, desde los
entrenamientos hasta el final de la carrera.
Pues este verano he
vivido una situación que me ha hecho pensar en todo esto. El primo
de una amiga es piloto de Enduro y tengo una amiga que corre en el
nacional de Motocross. Dicha amiga se cayó en una carrera a
principios de agosto y estuve allí para presenciarlo. Fue en plena
salida, al llegar a la primera curva. Vi como se levantaba y se
llevaba la mano al hombro, era obvio, se había hecho daño.
No me puse histérico ni
mucho menos, es más, me quede como paralizado. Supongo que al ser la
primera vez que vivía algo así, no supe como reaccionar. Pero por
dentro estaba nervioso y no tardé mucho en ir a la ambulancia adonde
la llevaron para un primer examen médico.
Siempre he valorado,
respetado y admirado a los pilotos de motociclismo, así que cuando
tienes un amig@ que lo es, te sientes muy orgulloso de esa persona y
eso me pasa a mí con María. Pero es que cuanto más valoras,
respetas, admiras, y orgulloso te sientes de un amigo, mayor es la
preocupación cuando se sube a la moto y “pasa a ser” piloto.
Cuando sufre alguien una caída te sabe mal, pero cuando se juntan
piloto y amistad, se mezclan sentimientos y la preocupación es
mayor. Algo totalmente obvio y lógico pensándolo tranquilamente. Y
es que las carreras, no son lo mismo cuando dentro hay alguien a quien
aprecias.
Al día siguiente no me
quitaba de la cabeza la secuencia de imágenes de la caída de María
y me preguntaba a mí mismo. “Si se pasa mal con un amig@, ¿cómo
debe ser con un familiar?” y “si el día de mañana tengo un
hij@, ¿de verdad quiero que sea piloto?".
Antes de explicar mi
conclusión final, os dejo con declaraciones de padres de algunos
pilotos a la pregunta: ¿Se sufre mucho cuando un hijo es piloto?
Juliá Márquez,
padre de Alex y Marc Márquez, pilotos de los mundiales de Moto3 y
MotoGP respectivamente: “Claro que se sufre, el que diga que no,
dice mentiras. Ya sufres si está tu hijo en la calle y le escuchas
gritar y/o llorar. Pues aquí todavía más, esto es un deporte de
riesgo”.
Nany Martínez,
madre de Dani Arroyo piloto de la Kawasaki Ninja Cup: “Evidentemente
sí, se sufre. Pero es un encuentro de sentimientos, porque también
disfrutas. Yo le veo desde el muro y estoy pensando en que no se
caiga y cuando pasa por delante le animo a dar gas. Cuando le ves
ganar y/o todo ha salido bien, pasas de sufrir al orgullo de verle
donde quiere estar. Eso sí, cuando sufre una caída se te hace
eterno estar en el box esperando noticias suyas, deseando que sean
buenas lógicamente.”
Anna Villà, madre de Aleix y Pol Espargarò, pilotos de MotoGP y Moto2 respectivamente: “Claro que se sufre y mucho, principalmente se sufre rezando para que no se hagan daño. Pero a la vez sufres porque les salga bien, por sus sueños, y porque cuando los ves en lo más alto del podium esa sonrisa te entra en el alma. Una madre ve dar los primeros pasos de su hijito con miedo, pero siempre a su lado para estar allí cuando las cosas van bien y sobre todo para estar con ellos cuando las cosas no van bien. Siempre con el corazón encogido y mientras la gente disfruta viéndolos, una está dando vueltas y contando los minutos que quedan para que se acabe todo. No sé si me he explicado bien, pero estoy segura que cualquier madre podrá entenderme.”
Anna Villà, madre de Aleix y Pol Espargarò, pilotos de MotoGP y Moto2 respectivamente: “Claro que se sufre y mucho, principalmente se sufre rezando para que no se hagan daño. Pero a la vez sufres porque les salga bien, por sus sueños, y porque cuando los ves en lo más alto del podium esa sonrisa te entra en el alma. Una madre ve dar los primeros pasos de su hijito con miedo, pero siempre a su lado para estar allí cuando las cosas van bien y sobre todo para estar con ellos cuando las cosas no van bien. Siempre con el corazón encogido y mientras la gente disfruta viéndolos, una está dando vueltas y contando los minutos que quedan para que se acabe todo. No sé si me he explicado bien, pero estoy segura que cualquier madre podrá entenderme.”
Angel Martín, padre del
piloto de la competición internacional Red Bull Rookies Cup, Jorge
Martín: “Yo personalmente sí que sufro mucho, especialmente desde
que comenzó a correr en circuitos grandes. En kartings no es tan
duro porque le tienes constantemente en tu zona de visión, pero en
una pista grande la cosa cambia y el tiempo que pasa de una vuelta a
la siguiente se hace eterno. En la Rookies cup, donde sigo las
carreras desde el muro, “devoro” la pantalla de tiempos, solo
esperando que aparezca rápido el siguiente casco que me indica que
ha pasado el siguiente parcial. Para mí lo más importante en las
carreras es que vuelva entero al pit, y sólo cuando esto ocurre ya
presto atención a otras cosas hasta entonces secundarias, como los
tiempos. Sí, duro trabajo el de padre de piloto, muy duro.”
Como se puede observar y ya se sabía, la respuesta era obvia. Pero me resultaba interesante la forma de desarrollarla de cada uno. Visto lo visto, ¿Cuál es vuestra opinión? Os invito por favor a que dejéis vuestros comentarios (No hace falta ni registrarse) respondiendo a la pregunta del título. ¿Os gustaría tener un hij@ piloto?
Mi respuesta es que sí,
pero no a la ligera. Soy consciente de que se puede hacer mucho daño
y nunca me lo perdonaría a mí mismo. Por lo tanto no pienso
obligarle a nada, ni tan siquiera a que vea una carrera de motos por
la tele conmigo para ver si le gustan o no. Si está conmigo o por
cualquier otra situación descubre el motociclismo (algo que será
fácil conmigo jejeje), pues bienvenido sea. En cuanto a lo de ser
piloto, siempre he dicho que con tres años mi futuro hij@ tendrá una
moto. Ahora he cambiado de idea, aunque con un matiz. No pienso
comprarle una moto sin venir a cuento, porque si lo hiciese sería
por mí y no por él/ella. Pero si el niñ@ la pide, la tendrá,
porque aún sabiendo que puede hacerse daño es lo que quiere hacer.
Y todavía no soy padre, pero no hay nada más bonito que ser feliz,
así que imagino que la felicidad de un hijo no tiene precio. De
hecho es lo que dicen y sienten los padres de nuestros campeones.
Espero que os haya
gustado está nueva entrada al blog. Sé que he bajado el ritmo, pero
colaboro en otros medios, así que cosas como entrevistas o crónicas,
van a parar allí, pero no dejaré que Mi Gran Premio muera. También
recordar lo que dije antes, espero vuestros comentarios contestando a
la pregunta. Muchas gracias por la atención es siempre un placer,
queridos lectores.
Y por último agradecer
a todas las personas que han colaborado en esto, pero sobre todo
obviamente a esos padres y madres que tan orgull@s
están de lo que han conseguido y les queda por conseguir a sus
hijos. Muchas gracias Angel, Anna y Nany, os deseo toda la suerte del
mundo y que esos campeones sigan disfrutando y haciéndonos disfrutar
al público.